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PRIMEROS POBLADORES

 
 

 
 
Mis antepasados los Guane fue el grupo indígena más representativo de Santander habitaron principalmente las márgenes del río Suárez, se extendieron desde la Mesa de los Santos hasta el sur de Vélez limitando con los indígenas Agataes.   Su máximo jefe era el gran cacique Guanentá. Ocuparon los territorios actuales de: Simacota,  San Benito, Guadalupe, Palmar, Hato, Barichara,  Charalá, Villanueva, parte baja de Zapatoca, Jordán, Pidecuesta, Onzaga, parte baja de Encino, Páramo, Valle de San José, Mogotes, Coromoro, Confines, Palmas del Socorro, San Gil y mi municipio, Socorro.
Como guerreros fueron valerosos.  Tan valientes que preferían “enterrarse” vivos antes de caer en manos de los conquistadores; usaban jabalinas largas afiladas hasta de dos metros, y hachas aseguradas con cabuyas, algunos de estos elementos forman parte de la colección de armas pertenecientes al Museo de Guane.
Fabricaban mantas, gorras y mochilas, decoradas de diversas formas y colores que extraían de vegetales como el añil, el gallinero y el achiote.
Fabricaban mantas, gorras y mochilas, decoradas de diversas formas y colores que extraían de vegetales como el añil, el gallinero y el achiote.
En cuanto a la cerámica, en diversos museos del país existen muestras de jarrones, soperas, jarros, vasos y tasas.   En casi todos los casos estas cerámicas presentan bordes muy bien moldeados en tornos, lo que demuestra el grado de desarrollo que alcanzaron en estas técnicas. Para su fabricación utilizaron una mezcla de  greda con arena fina lavada que tiene muchas partículas de mica, la cual da una apariencia brillante.  Algunos jarros tienen incrustados en sus bordes figuras de la rana, símbolo del agua.
 
Sobre el arte musical también existe algún hallazgo.  Se encontró una flauta hecha con tallos de caña de diverso largor y grosor para procurar sonidos distintos.  Los tallos estaban unidos entre sí con hilos de algodón compactados por una resina o cera vegetal.


 
 
El territorio donde está ubicado mi municipio estuvo poblado en tiempos de la conquista por la tribu Chanchón de la familia de los Guanes.
Los Chancón eran pacíficos y sencillos, vivían tranquilamente en sus tierras consagrados a la agricultura y rendían culto a su tradición; era una sociedad organizada admirable y rebelde.
 
 

 
 
Los indígenas Chanchón fueron nuestros antepasados, vivían dispersos por las tierras que eran de sus dominios; habitaban pequeñas chozas construidas en bahareque y paja.  Cada choza estaba repartida en pequeñas habitaciones para los integrantes de la familia, había habitaciones para los padres, los hijos pequeños, los hombres solteros y las mujeres solteras.
 
 
 
 
La alimentación de mis antepasados se basaba en productos naturales y cultivados de manera artesanal.   Fueron netamente agricultores, sembraban maíz, papa, coca, fríjol, frutas y ahuyamas; amasaban y molían sobre piedras o metates.  Con el maíz preparaban diversos productos como la chicha. Comían también carnes de venado, curies, conejo, aves y pescado.  Así mismo tenían muy cerca de su casa hormigueros de  culonas que cuidaban para poder recolectarlas en la época de salida de las hormigas
 
 
Mis ancestros, los Chanchón, cultivaban algodón y fique que eran hilados rústicamente para elaborar mantas, que ya tejidas se sometían  a un proceso de pintura, utilizando tintes de vegetales como el achiote y el añil, además con un rodillo de barro estampaban figuras geométricas  (según los investigadores, el color  ocre, el blanco y el negro fueron sus colores predilectos).  Se dice que las mantas de colores tenían un valor muy grande ya que su uso sólo era exclusivo de los jefes y caciques. Estas eran fabricadas en telares de  cintura, sujeto en su parte superior a un palo. 
 
 
Las tradiciones religiosas de los Chanchón son las mismas de los Chibchas,
a cuya familia pertenecían, si bien en un dialecto distinto.
No adoraban imágenes. Tenían idea clara de un ser superior, bueno al cual rendían culto en los espectáculos solemnes o solitarios de la naturaleza: lagunas, colinas, rocas aisladas, tempestades, etc.En toda la región existieron templos muy sencillos, casi como sus bohíos.  Los hacían de las mejores maderas, traídas de grandes distancias y los techaban con paja
 
 
 
 
En toda la región existieron templos muy sencillos, casi como sus bohíos.  Los hacían de las mejores maderas, traídas de grandes distancias y los techaban con paja.
Su culto principal se dirigía a un dios, representado en el sol y en la luna. 
 Cuando el pueblo hacía sus plegarias públicas y ofrendas, en los días más solemnes y por necesidades comunes, se dirigían todos muy de mañana a las cumbres de las montañas, una vez allí miraban al oriente y celebraban su culto al astro rey .También destinaban para el culto a sus dioses algunos arroyos, peñas, cerros y otras partes de particular compostura y disposiciones; no porque tuvieran estas cosas por dioses, sino por la singularidad que tenían, les parecía ser dignas de mayor veneración. 
 
 
En cuanto a la organización social de mis antepasados en el interior de la tribu, cada comunidad estaba encabezada por un “cacique” y varios “capitanes”.  En ellos recaía la función de organización
del trabajo social y distribución de sus frutos,  así como de la defensa del territorio y sus recursos.  El sentimiento de adhesión de todos los indígenas a su comunidad era muy fuerte.
 
 
 
Como base principal tenían la agricultura, el tejido de mantas de algodón y la fabricación de utensilios de barro.La única propiedad individual reconocida era la de sus viviendas, labranzas, animales domésticos y bienes muebles: las herramientas de trabajo, armas, vestidos y útiles del hogar.La tierra era propiedad común de la tribu y la defendían a toda costa contra las pretensiones de las tribus vecinas.  Los indígenas se sentían firmemente apegados a sus tierras, lo mismo que a su familia y a su tribu.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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